martes, 13 de diciembre de 2016

LA FE HONESTA



Por Alejandro Pooley
En una entrevista entre  Bono, (el vocalista de U2)  y Eugene Peterson (un connotado teólogo) el cantante me sorprendió con esta frase:
Me encantaría que está conversación inspirara a esas personas que escriben hermosas voces, que escriben hermosas canciones gospel, a que escriban acerca de sus matrimonios fallidos, acerca de cuan enojados están contra el gobierno, porque eso es lo que Dios quiere de ti: La verdad. Pon la verdad y ese concepto de  “conocer la verdad nos hará libres” hará explotar las cosas.
¿Por qué desconfío de los cristianos? Es por la falta de realismo. Me gustaría ver más de ello. En su arte, en la vida y en la música
No puedo estar más de acuerdo con Bono. La verdad es que necesitamos vivir y proyectar una relación con Dios mucho más honesta.
Quizás el primer paso de esto es reconocer que no siempre todo resulta como quisiéramos. Que como padres cristianos también luchamos con frustraciones en la relación y crianza de nuestros hijos.  Que hay mañanas en las cuales el desánimo nos hace ver el día nublado.  Que también perdemos los trabajos, nos endeudamos, se nos cae el Wifi e inclusive algunas veces decimos (o los más domesticados solo logran pensar) malas palabras cuando otros no manejan como quisiéramos.
La lista podría seguir ¿cierto?
Debemos entender que la fe honesta destacará la Gracia de Dios. Porque cuando somos honestos, demostramos que nuestra fe no se trata de nosotros. Qué nuestros buenos frutos (que a algunas veces logramos dar) no están basados en nuestros esfuerzos o en nuestra “performance“. Nuestra fe esta sólo sustentada en la Gracia de Dios y por lo tanto nuestra vida completa depende de Él.
La otra cara de la moneda también es real: Por la gracia de Dios, en esa mañana nublada, nos encontramos con unas palabras de la Biblia que nos animarán. Cuando estamos cesantes podremos confiar en que Dios será nuestro sustento. Cuando se nos cae el wifi podremos casi llegar a creer que realmente ese no es el Apocalipsis e inclusive, algunas veces (y muy a lo lejos), podremos comenzar a pedir por misericordia para aquel conductor “travieso”.
Seamos un poco más honestos. Perdamos el miedo de hablar de nuestras dudas. No ocultemos nuestros errores. No tratemos de ser los super-campeones de la fe. Dejemos de sermonear, hablar, cantar como si los problemas de la vida estuvieran siempre fuera de nosotros o lejos de nuestras vidas super-ordenadas-orientadas-espirituales.
El mundo necesita honestidad en la fe. Porque la fe honesta destacará la Gracia de Dios. Y este mundo que sufre necesita de esa Gracia de Dios expresada en  la vida  de discípulos de Jesús reales y honestos.

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